viernes, 31 de mayo de 2013

EN EL IMPERIO TAMBIÉN EXISTIERON 

OTRAS DIVINIDADES MENORES Y QUE 

HOY CONOCERÁS...

Como la MAMACOCHA, considerada como la diosa de las aguas, del mar, de los lagos y de los ríos; MAMAPACHA, considerada como la madre tierra y a la vez fuente de vida, etc., también rendían culto a los muertos. Habían otras divinidades representadas astronómicamente en el cielo, como por ejemplo la Luna (QUILLA), considerada como esposa y hermana del Sol; las estrellas ( COYLLUR), el trueno (ILLAPA), la Cruz del Sur (CHACANA), etc.
 EL WILLACUMO Y LOS SACERDOTES
El culto de los diferentes dioses estaba a cargo de un gran número de sacerdotes, cuyo jefe supremo era el Willaca Umo o Sumo Sacerdote. Este personaje era muy respetado y considerado por la alta envestidura que sobre él recaía, usaba una lujosa vestimenta y deslumbrantes joyas de oro y piedras preciosas. Los Willac Umo eran personajes de gran categoría ya que pertenecían a la clase noble. El culto al Sol era presidido y oficiado   únicamente por el Willac Umo o Sumo Sacerdote, quien además de vivir en el Gran Templo del Sol (Coricancha), tenía un alojamiento separado en el palacio del Inca reinante.
Después del Willac Umo existía una complicada jerarquía de sacerdotes, uno de estos era el llamado Willaka, de menor categoría y que servía de auxiliar al sacerdote principal. También tenemos a los Vilcas, que eran sacerdotes designados en cada una de las provincias religiosas en que había sido dividido el Imperio. Dentro del sacerdocio los rangos más altos siempre correspondían a los sacerdotes residentes en el Cusco, ya que todos ellos eran parientes de los Incas.
LAS ACLLAS
Eran mujeres de singular belleza, que recibían una adecuada preparación en el Acllahuasi, ya que estaban al servicio del Sol y del Inca. Estas bellas mujeres procedían de varios puntos geográficos del Tahuantinsuyo y sus personas eran sagradas.

TEMPLOS
Sin lugar a dudas el centro del Universo religioso Inca era el gran templo del Coricancha o Templo del Sol, que se encuentra en la ciudad del Cusco. Este templo según describe el Inca Garcilaso de la Vega en una de sus crónicas, era un lugar de oraciones, el cual tenía sus paredes revestidas de oro. Este gran templo cusqueño sería la mejor obra arquitectónica de carácter religioso del Tahuantinsuyo de los Incas.


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